El vocero, también llamado speaker, representa ser una de las piezas clave en las organizaciones. Su importancia radica en que se constituye como el “mejor vendedor”, dentro de la estrategia de comunicaciones de las empresas, siendo que lo que diga y cómo lo diga, será vital. Su desenvolvimiento frente a los medios tiene que ser tan convincente y claro, que nos permita creer y asimilar su discurso.
Un vocero (a), como tal, debe estar en condiciones de saber colocar sus mensajes en el momento más oportuno. Debe guardar las formas durante las entrevistas y no enojarse cuando el periodista le formule una pregunta que no sea de su agrado.
Un vocero debe hablar claro, conciso y sin rodeos. Si no sabe una respuesta o prefiere no revelar un dato que pudiera ser confidencial, debe siempre salir airoso con un mensaje de interés o llamado también mensaje clave.
El vocero o vocera, debe ser también muy empático, amable y pulcro.
Si bien es cierto, hay personas que nacen con condiciones de vocero, de oradores y de líderes, se puede construir un buen vocero. Para ello, nada mejor que la práctica, el ensayo y los entrenamientos llamados Media Training o Media Briefing.
La diferencia entre ambos resulta ser su duración: el primero de ellos puede tomar hasta un día, mientras que el segundo, puede realizarse hasta en 30-45 minutos, lo que no deja de ser efectivo.
Como siempre decimos al realizar un ejercicio con los voceros oficiales de las empresas, no olvide nunca de condensar sus mensajes cuando el periodista le suelte la clásica pregunta regalo: ¿tiene algo que desee agregar?: ¡Seguro que sí!
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